lunes, 7 de julio de 2008

La ciudad inventada... de mierda

Esta tarde he decidido dar un paseo con mi amiguita MJ, por la ciudad que me vio nacer. Nos hemos adentrado por las callejas y callejones del viejo y en proceso de remodelado casco antiguo de Logroño, en busca de unas intervenciones que cierto colectivo de artistas, artesanos o lo que sea, han decido realizar en dicho entorno. Después de recorrer este intinerario tan famoso entre los logroñeses, hemos podido videar, unos cuantos graffitis, banderolas con textos de celebres personajes, incluso un huerto improvisado en medio de una plaza (la del parlamento). Hasta aquí todo correcto y dentro de lo que cabe muy normal. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como parecen. Los graffitis que hemos visto, obra de Suso 33, han sido realizados como todo buen graffiti, en las paredes de los bajos de las casas, chaflanes, incluso en medianeras desnudas de edificios, que por un ansia desmedida de especulación constructiva, están ahora libres esperando ser rellenadas con nuevas casas. Pero no nos desviemos del tema, estas pintadas underground, que supuestamente son espontáneas manifestaciones artísticas, son en este caso concertadas por el autor y el ayuntamiento, cosa en principio contradictoria. Pintar paredes es una actividad delictiva, y mucha gente es perseguida y castigada por ello, cierto que hay algunos autores que antes de pintar en los muros deberían mejor sprayarse un poco el interior del ojete y olvidarse del tema artístico, sobre todo cuando actuan en edificios o paredes donde pintar es más un sacrilegio que otra cosa. Pero, en este caso se supone que el autor tiene carta libre para pintar a su aire y sin ningún tipo de cortapisa, algo que podría irritar a más de uno. Así las cosas, nuestro espacio performance podría terminar convirtiendose en un happening ciudadano, ya que han aparecido pintadas espontaneas junto a los graffitis (que ironía), y habrá más posiblemente; en realidad la pintada es un graffiti hecho con troquel con un mensaje muy claro en el que se dice algo así como que: "el ayuntamiento de Logroño reserva este espacio para la actuación libre", apoyado gráficamente con el escudo del mismo para hacerlo más verídico, algo que si fuera verdad sería como tirarse piedras sobre su propio tejado.
Ahora sólo queda esperar a ver que ocurre, ya que tengo información de 1ª mano (que nadie piense mal, puedo asegurar que no soy el artífice de esta última "perfor"), porque creo que el autor (Suso) ha tenido ya noticias de la pintada, y parece ser que no ha tenido una reacción muy amigable, de hecho creo que conoce incluso al autor clandestino, ya que coincidieron por la calle y el mismo saboteador quiso que Suso supiera quien era. No se en que podrá acabar todo esto, pero como dibujante y ciudadano del extrarradio Logroñes (vivo en la Villa más mediana y lejana), se me ha abierto el apetito callejero y la gana como dicen en Catalunya, de pintar paredes y llenarlas de mi propia mierda, porque creo que el arte callejero si ya no tiene mucho sentido como arte contemporaneo de vanguardia, por desgracia no estamos en el New York de los setenta, por lo menos en este caso tendría cierto sentido y cierta gracia.

2 comentarios:

3po dijo...

Bueno, es un tema delicadito el de las pintadas... Que sepas, dibujante, que me encantaría ver un grafitti tuyo en mi ciudad. Especialmente en aquellas paredes llenas de pintadas de "firmas" de grafiteros de tres al cuarto, que se me antojan más parecidos a los perrillos marcando territorio que a un artista modificador del entorno urbano. Que para cuando ves uno que mola, te tragas un montón de paredes guarras.

antonio machado dijo...

deitillo, que cosas estas de la vida, ya no hay "golfas"(que se entienda como se quiera)