sábado, 5 de mayo de 2012

De ratones con orejas azules

Ayer, en la academia donde tengo el gusto de dar clases de pintura y diseño hablando con Paula, una clienta, me ocurrió algo que cada vez me pasa con más asiduidad. Ella estaba dibujando un ratón copiandolo de un libro, cuando vi su dibujo le dije "¡mira que color rosa más bonito tienen las orejas!" llamando su atención sobre ese color, ella me dijo que no le gustaba el rosa, yo como es natural en mi le dije, pues pintalo de azul. Su cara cambió de expresión ensombreciéndose y dijo: "...es que si lo hago se va a enfadar la señorita." Entonces le pregunté si el dibujo lo hacía como deberes para clase y me dijo que si. En aquel momento mi corazón se estremeció en una profunda pena ya que Paula, que con sólo 6 años, dibujaba para saciar el gusto de su mal llamada "señorita", la supuesta profesora, ya no digo maestra, que siguiendo un lastimoso criterio había conseguido que una niña tan pequeña pintara totalmente condicionada por su erroneo criterio. Y es que desde muy pequeños nuestros queridísimos tutores, padres, profes o adultos en general, continuamente modelan nuestra personalidad despojándola de todo atisbo de creatividad. Y estamos hablando de una disciplina que se supone libre, donde el gusto por hacer las cosas prevalece sobre lo que es correcto y se supone que está bien. ¡Qué no haremos con el resto!

Parece que las cosas sólo se pueden hacer de una manera. Popularmente ordenamos a nuestros hijos-alumnos diciéndoles: "no hagas esto, no hagas aquello, no digas eso, no te toques ahí, no corras, no pongas las manos así, no dibujes eso, no saltes, no te salgas del dibujo al colorear..." y entiendo que de alguna manera hay que educarles, pero debemos, según mi humilde criterio, pensar una decima antes de decirlo si realmente estamos coartando su libertad creadora en pos de nuestra tranquilidad adulta y la salud de nuestros impacientes nervios o si simplemente lo hacemos en según de lo que es politicamente correcto.

Cuando era chaval, no se si por suerte o por desgracia, sobre todo en los primeros años de mi educación, en la E.G.B., la asignatura de plástica (algo elástico, flexible y deformable por definición) consistía en dos horas de dibuja lo que quieras con tus pinturillas de palo en tu cuaderno, quizás por aquello de que era una asignatura de las llamadas "marías", nadie nunca me dijo nada al respecto de que debía hacer, como debía dibujar, y esta no-educación me sirvió para dejar volar mi fantasía y viajar a mundos donde en las demás asignaturas no me dejaban. Cierto es que en mis notas de expresión plástica estaban haciendo hincapié en que supuestamente lo hacía bien, ya que los sobresalientes estaban a la orden del día, pero la verdad es que nadie, ningún profesor o profesora del colegio en todos los años que he estudiado algún tipo de asignatura sobre este tema, jamas me han enseñado nada, seguramente porque no tenían nada que enseñar, y ya no a mi, un superdotado amante del dibujo desde que nací (jajaja, que mal me suena esto), sino al resto de chavales que se supone no sabían dibujar. Decir también que a pesar de mi genética predispuesta nunca he parado de hacerlo, de hecho como ya he dicho en otras ocasiones todavía estoy aprendiendo, y es esto, la búsqueda continua de una imagen lo que realmente es dibujar.

Para terminar, y para los cuatro gatos que hayáis llegado leyendo hasta aquí y queráis disfrutar aprendiendo os emplazo a que veáis estos dos videos a los que ya hice referencia en otras entradas que tienen que ver con todo esto y que hoy me ha sacado de la cama mucho antes de lo habitual para escribirlo.

Este primer video tiene una pestaña con subtítulos para que no os perdáis nada.(http://www.ted.com/talks/lang/en/ken_robinson_says_schools_kill_creativity.html)

http://vimeo.com/27285817

Ah, se me olvidaba. No dejéis a vuestros chavales ver nunca telediarios, suelen tener dos rombos y si lo hacéis que los vean con vosotros para poder explicarles porque son tan malos los malos. Esto seguramente será el tema próximas entradas.

Ilustración de la entrada pintada por Candela, una de mis sobrinas cuando tenía 3 o 4 años.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Afortunadamente Paula tiene un buen maestro que le ayuda a desarrollar su creatividad...lo dice otra de sus alumnas....

chato dijo...

Aunque en algunas cosas no coincidimos, supongo que es por la diferencia generacional, en esta tienes razón. No podemos coartar ni cercenar la creatividad y espontaneidad de nuestros infantes, por eso es por lo que coincido contigo en tu formar de dirigir el taller, que no academia, ya que llamarlo así sería un contrasentido

David Lapeña dijo...

Gracias Chato por tus cariñosas palabras, y a pesar de que pienses que es un contrasentido según dicen en el diccionario de la lengua una academia sería "una sociedad científica, literaria o artística establecida con autoridad pública y como establecimiento docente, público o privado, de carácter profesional, artístico, técnico, o simplemente práctico."
Quizá no sea una academia porque podría dudar de que sea una sociedad, porque como tal debe tener objetivos comunes. Pienso que ni la misma sociedad lo es en si misma, porque a pesar de vivir así "en sociedad" no nos ponemos de acuerdo en los objetivos, porque no suelen ser muy comunes.

chjato dijo...

Esperemos que este personaje, y soy generoso llamándole así, se ponga en contacto contigo dándote noticias del caco. No pierdas las esperanzas.