sábado, 20 de noviembre de 2010

¡Menuda suerte la nuestra!

Qué triste es tener que echarse la bici al hombro en un terreno llano, sin baches ni obstáculos. Sólo muchísimo barro.

Ahí estaba yo con los pies de plomo (si os fijáis el puntito amarillo), y no por el cuidado, sino por el peso. Markustoni was there para inmortalizar el momento.

Eso si, fue un día completo de 24 kilometrazos de subidas, bajadas trialerosas y sol a mansasalva por los alrededores de Villamediana de Iregua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uuuummm